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Caos y sopa de letras

El día de hoy tenemos la primera entrada de la columna con que nos nutrirá la chef Blanca Esquitín. ¡Bienvenida!

Sin importar nuestra edad es importante generar buenos hábitos a la hora de la comida, la diferencia con los niños de casa es que son esponjitas que todo absorben y aprenden. Es fundamental el papel de la persona que está a cargo de su alimentación; quienes comen en su estancia o centro educativo tienen un menor riesgo de aprender lo que “no se debería hacer” mientras estamos comiendo nuestros alimentos y luego nos preguntamos por qué en la escuela come tan bien y en casa es un caos.
Es muy importante evaluar si estamos haciendo algunos de los siguientes puntos, para comprender que generamos un ambiente no tan propicio para ese momento tan especial en la vida familiar, y no solo en la infancia, sino que repercute en gran medida de su desarrollo como adolescentes y en la edad adulta, pues son esas conductas y actitudes aprendidas de pequeños lo que influirá positivamente en la adquisición de hábitos adecuados.
Aquí se enlistan algunos consejos donde te darás cuenta si hay que tratar de corregir algo o lo has venido haciendo bien.

Procurar hacer al menos una comida en familia, donde sea un momento para convivir, ponernos al tanto del día, en el caso de los más pequeños conocer nuevos alimentos y te darás cuenta que hay muchos temas e inquietudes que tienen, no solo en lo escolar, justamente en ese momento pueden tener la curiosidad de ¿porqué es bueno comer tal cosa o para qué me sirve en el organismo? Y aquí es donde se pueden ganar puntos: no necesitas saber todos los nutrimentos que contienen, pero siempre estarán interesados en su desarrollo, unas buenas respuestas son: te ayuda a estar más alto, te crecerá más rápido el cabello, te vas a sentir mucho mejor en tu juego de futbol, etc. adecúate a sus necesidades en ese momento.

Evita distractores como televisión, celulares, tabletas, revistas. Tanto grandes como chicos perdemos interés real del plato que está frente a nosotros, muchas veces no lo apreciamos ni disfrutamos, otras tantas el organismo está tan ocupado haciendo muchas actividades a la vez que se pierde de vista cuando ya estamos satisfechos.

Cuando los niños en una primera oportunidad rechazan algún alimento es de lo más normal, prueba con el mismo pero en diferentes texturas o presentándolo de otra forma al cocinarlo, antes de negárselo siempre busca más combinaciones incluyendo los alimentos que sabes que si le gustan, la creatividad también les ayudará a sus propias elecciones y preferencias, aunque hay que tener firmeza como padres y poder negociar.

Las restricciones, amenazas, presiones, premios y castigos no deberían vincularse con la hora de comer, no le enseñes que la comida es buena o mala, recuerda que el postre forma parte del menú.

La que considero más importante, es que siempre tomes en cuenta su edad y actividades, racionarle los alimentos es vital para no tener excesos ni deficiencias.


BLANCA ESQUITÍN ° GASTRONOMÍA ° NUTRICIÓN ° NIÑOS Y ADOLESCENTES

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