Hoy pensábamos hablar de las suegras, pero mejor lo dejamos para otro día. Tampoco vamos a platicarles, aunque lo consideramos, de cómo papá fue sometido por dos leones mientras comía fresas y se ahogaba con un vaso de vino (muy sabroso por cierto).
Hoy vamos a hablar de tecnología, pan y Simba, que no es un león.
Hay algunas piezas de tecnología indispensables en la cocina, como la estufa (de gas o eléctrica), el refrigerador, la licuadora (de base o de inmersión) y, en nuestra opinión, el lavavajillas y el microondas. Otras que no son vitales pero sí súper útiles, como el horno eléctrico de convección y las ollas de cocción lenta (de verdad las adoramos).
Y de vez en cuando aparece algún aparatejo estorboso, con un diseño no precisamente agraciado, para hacer algo que uno ya sabe hacer de manera más o menos sencilla y eficaz. Total, que sólo de mencionar el concepto piensas “qué flojera…”. Así, sin admiraciones, con puntos suspensivos porque ni siquiera terminas la idea. Pero resulta una grata sorpresa cuando te decides a hacer la prueba.
Pues bien, en diciembre una amiga querida nos regaló una máquina panificadora. Decir que la probamos con muchas dudas es quedarnos cortos. Pero nos encantó. ¡Y ver a los niños encantados por prepararse un sándwich con el pan que ellos mismos prepararon! ¡Uf! O que le regalen a los abuelos un pan hecho el mismo día… Y cómo miden, ponen dentro del aparato con todo cuidado los ingredientes, etc. ¡Y le ha gustado hasta al suegrerío! El pan que hicimos hoy en particular fue una delicia.
Estamos encantados.
¿Y Simba? Bueno, si no lo han adivinado, Simba es el nombre que por asociación esta familia le puso a su panificadora Sinbo.
Hoy vamos a hablar de tecnología, pan y Simba, que no es un león.
Hay algunas piezas de tecnología indispensables en la cocina, como la estufa (de gas o eléctrica), el refrigerador, la licuadora (de base o de inmersión) y, en nuestra opinión, el lavavajillas y el microondas. Otras que no son vitales pero sí súper útiles, como el horno eléctrico de convección y las ollas de cocción lenta (de verdad las adoramos).
Y de vez en cuando aparece algún aparatejo estorboso, con un diseño no precisamente agraciado, para hacer algo que uno ya sabe hacer de manera más o menos sencilla y eficaz. Total, que sólo de mencionar el concepto piensas “qué flojera…”. Así, sin admiraciones, con puntos suspensivos porque ni siquiera terminas la idea. Pero resulta una grata sorpresa cuando te decides a hacer la prueba.
Pues bien, en diciembre una amiga querida nos regaló una máquina panificadora. Decir que la probamos con muchas dudas es quedarnos cortos. Pero nos encantó. ¡Y ver a los niños encantados por prepararse un sándwich con el pan que ellos mismos prepararon! ¡Uf! O que le regalen a los abuelos un pan hecho el mismo día… Y cómo miden, ponen dentro del aparato con todo cuidado los ingredientes, etc. ¡Y le ha gustado hasta al suegrerío! El pan que hicimos hoy en particular fue una delicia.
Estamos encantados.
¿Y Simba? Bueno, si no lo han adivinado, Simba es el nombre que por asociación esta familia le puso a su panificadora Sinbo.
Como regalo les dejamos la receta del exquisito pan de hoy. Sencillísimo gracias a la Sinbo; es la más sencilla de las recetas de pan blanco de estos aparatejos, ligeramente modificada:
Se ponen en el recipiente de la panificadora los ingredientes en el siguiente orden:
- 1 1/4 tazas de agua
- 2 cucharadas de aceite
- 2 cucharaditas de Sazón Completa (uno de esos sazonadores comerciales, que tiene sal, ajo, cebolla, pimienta negra, orégano, laurel, albahaca, cúrcuma y un montón de cosas más)
- 2 cucharadas de azúcar
- 3 tazas de harina
- 2 cucharaditas de levadura seca
El truco para que quede extra exponjoso es ponerlo más tiempo del que corresponde: estas cantidades son para una hogaza de 700 gramos, le pusimos el ciclo para una de 1.2 kg.
El segundo tip es que, antes de que termine la última levada, con un pincel de cocina se unte la superficie con agua y espolvorearle semillas de amapola (¡vamos a salir mal en el antidoping!) y se deja que termine de levantarse: el efecto que dan las semillas es muy bonito.
¡Buen provecho!
Comentarios
Publicar un comentario