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Mostrando las entradas de 2018

Mamá extrema de dos casos extremos

María Eugenia Ramirez, mamá extrema de Meli niña hiperactiva y Alain niño TDA, nos comparte en este post  invitado un poco de su experiencia. ¡Gócenla! Yo también soy mamá de un niño con TDAH, ahora un adulto joven de 19 años. Músico: toca la guitarra, el piano, la batería, el bajo y compone. Quiere dedicarse a ser chef... ¿Suena exitoso? Pos bueno, no lo era tanto cuando niño. Aprendí a darle instrucciones de una en una (agotador, sí), a llevarlo de la mano y usar un poco de condicionamiento (oh, sí), fui mamá tonta durante un par de años (frustraciones, llantos y rabietas de mi lado) y luego psicóloga de ambos (mi hija mayor es hiperactiva con IQ más alto del normal) hasta encontrar el equilibrio mamá/conocimiento profesional. Dos casos extremos. Y sí, fui mamá 24/7 y lo agradezco profundamente. Hasta hace apenas dos años sé lo que significa comer caliente, tener noches enteras de buen sueño y aburrirme un poco. ¡Ah! Y enojarme mucho cuando al querer regresar a trabajar me

Ser papá de Mateo

Hoy tenemos un post  invitado, "Ser papá de Mateo", de Memo Salazar, ingeniero y papá de un niño con TDAH. Que lo disfruten. Contrario a otros desórdenes de la mente, los niños con ADHD (o TDAH: Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) son frecuentemente rechazados, poco entendidos y hasta discriminados y estigmatizados: "¡Mugre escuincle latoso, es insoportable!", aún dentro de la propia familia, MI familia. Y, tampoco es popular ser papás de ellos. Por el contrario, surgen comentarios como: "Deberían darle unos buenos a ese niño para que se eduque", "Mira como lo tienen de maleducado, se los come vivos". Lo que hay detrás de ello es, simplemente desconocer que esos rasgos de comportamiento NO son culpa de los papás y por supuesto tampoco de los niños. Muy resumido, las características del TDAH son: - Dificultad para controlar los impulsos y para retrasar la gratificación. Significa que hay una dificultad para detenerse, pens

Caos y sopa de letras

El día de hoy tenemos la primera entrada de la columna con que nos nutrirá la chef Blanca Esquitín. ¡Bienvenida! Sin importar nuestra edad es importante generar buenos hábitos a la hora de la comida, la diferencia con los niños de casa es que son esponjitas que todo absorben y aprenden. Es fundamental el papel de la persona que está a cargo de su alimentación; quienes comen en su estancia o centro educativo tienen un menor riesgo de aprender lo que “no se debería hacer” mientras estamos comiendo nuestros alimentos y luego nos preguntamos por qué en la escuela come tan bien y en casa es un caos. Es muy importante evaluar si estamos haciendo algunos de los siguientes puntos, para comprender que generamos un ambiente no tan propicio para ese momento tan especial en la vida familiar, y no solo en la infancia, sino que repercute en gran medida de su desarrollo como adolescentes y en la edad adulta, pues son esas conductas y actitudes aprendidas de pequeños lo que influirá positivament

Caos una vez más

¡Hey!,¡ hay alguien ahí? Pues aquí, sí. Aquí ha pasado un montón de tiempo, enfermedades, choque, etc., etc. Lo que es una serie de eventos desafortunados, muy, muy desafortunados. Pues igual regresamos con muchas ganas por que tuvimos una fiesta de un amiguito muy querido. El asunto es que ofrecimos con gusto nuestra ayuda y nos tocó hacer una pasta y los famosos salchipulpos. Para no cometer demasiados errores, decidí hacer pruebas para asegurarme de que todo saldría perfecto. Fueron unos 3 o 4 días de hacer pruebas, ¡y qué bueno que las hicimos! Hay salchichas aptas para hacerlos, otras son absolutamente inservibles. Eso, yo no lo sabía. En fin, los críos felices hasta que, claro, no nos podía fallar: G: Qué bonitos salchipulpos, mami, ¡son mis favoritos y los más ricos! M, Volando ya por el halago : Gracias, mi corazón. G: Tienen boca, entonces no son pulpos, los pulpos tienen rádula. [ Mientras busca entre las patas… ¡no! Entre los tentáculos ] Tampoco tiene ventosas.

¿Buen comportamiento?

Nuestro hijo, con todo y su TDAH, lleva toda la semana sin dar lata. ¿Contentos? No, para nada. La razón de este inusual comportamiento es que está inactivo debido a enfermedad. Fiebre, tos, dolor de cabeza. Lo tiene aplastado. Ni siquiera está yendo a la escuela, y el día de su cumpleaños no quiso que le cantarán las mañanitas sus compañeros, sólo quería recostarse.  Por supuesto, nos angustia bastante verlo así. Y todos estamos en las mismas, con los mismos síntomas. Pero esta situación nos pone a reflexionar. Su "mal comportamiento" es señal de vitalidad, de salud, de "normalidad" en sus condiciones. Por supuesto eso no significa que en adelante le vamos a permitir romper reglas y rebasar los límites porque "así es él", pero sí nos ayuda a entenderlo de manera diferente.

Receta para pulled pork

En casa amamos la olla de cocción lenta: es un invento maravilloso que ayuda muchísimo y además da un sabor muy rico a lo que en ella se prepara. ¡Esta receta es súper fácil y queda deliciosa. Deja la carne tan suave que se deshace y con un sabor riquísimo! Pulled pork  Ingredientes  1.5 kg de carne de puerco en 3 trozos. Puede ser espaldilla, brazuelo o cualquier corte que tenga algo de grasa 8 cucharadas de salsa BBQ 1 cucharada de ajo en polvo 1 cucharada de cebolla en polvo 9 rebanadas de tocino  Revuelve la salsa BBQ, el ajo y la cebolla. Barniza con esa mezcla la carne. Coloca 3 tiras de tocino de forma paralela y envuelve con ellas uno de los trozos de carne; repite para cada uno de los 3. Cocer en la olla de cocimiento lento por 6 horas a temperatura baja. Ensalada de col  Ingredientes   3 tazas de col picada en tiras finas. Puedes mezclar col morada y blanca 1 taza de zanahoria rayada 1/2 taza de mayonesa 2 cucharadas de mostaza 1 Cucharada de azúcar 1 cuchar

Día zen

A veces es difícil, tan difícil la parentalidad. Cuando los hijos se pelean una y otra vez. Cuando los enojos les ganan y a todo dicen que no aunque quieran decir que sí; ya aprenderán, espero, a decir que no cuando es no, y que sí cuando es sí, y a respetar cuando alguien más lo dice, que así como están las cosas en nuestra sociedad parecen ser dos necesidades (decir que no y respetar a ultranza el no) urgentes y por tanto dos puntos cruciales de la educación. Los celos, ay, los celos. La comida, ay, la comida. Recoger la ropa. Ay. Los juguetes. ¡Los libros! Ayer, sin embargo, no fue uno de esos días de caos y más caos. Ayer fue un día suave, delicioso, con pajarillos cantando, florecillas brotando (¿en mitad del invierno? Sí, en mitad del invierno), el sol brillando y las risas de los niños todo el tiempo. ¿Todo el tiempo? Vale, no. Hubo un par de escaramuzas que se solucionaron fácil, hubo un pequeño berrinche y tuvimos que insistir para que recogieran los libros. La n

Melancolía por la adolescencia

Anoche, noche de insomnio, noche de trabajo hasta tarde, noche extraña de celular en mano junto a mi niño dormido. Anoche, decía, en la  noche platinoche  noche, que noche nochera, no vino la Guardia Civil, pero sí una sorpresa que terminó de alejarme el sueño por un buen rato. Seguramente la gran mayoría de ustedes estarán familiarizados con el estilete de la nostalgia por la adolescencia. Yo no: ayer fue la primera vez en mi vida que sentí, aunque pasajera, la melancolía por esa época poco menos que idílica de nuestras vidas. La verdad es que mi adolescencia no fue idílica, ni de cerca. Ni siquiera la recuerdo como una época feliz. Tenía la cara como una piña colorada por el acné y (me han dicho) probablemente rosácea. Y, siendo el costal de hormonas que era, vivía buscando quién me hiciera el favor de acostarse conmigo, lo que era particularmente difícil pues siempre he sido dolorosamente introvertido, y encima con un sentido del humor vitriólico, sarcástico, afilado, con gra

Beatles y tamales

Ayer nuestros hijos redescubrieron a los Beatles. Algunas canciones estaban entre las muchas que les cantábamos cuando aún vivían en nuestros brazos; también fueron música que poníamos de vez en vez en casa. Hacía mucho que no los escuchaban y, por entretenerlos durante una espera bastante larga ayer, en algún momento, después de casi hora y media de leer cuentos variados, y ya aburridos (los adultos) por volver a leer los mismos otra vez, probamos a poner algún video musical que no fuera los de siempre. Empezamos con la animación psicodélica de “Yellow Submarine” , y entre la música pegajosa, las imágenes y la anécdota de que ellos ya conocían esa canción aunque no la recordaran, se engancharon. Y pidieron más Beatles. Y más. Y más. Bastante pronto las imágenes de los conciertos originales ya no importaban, sólo la música y los datos curiosos que a ratos les proporcionábamos. Mientras tanto, bailaban, jugaban, tarareaban, pedían repetir alguna canción (“ Yesterday ” fue la m

Pan y circo (tecnológico)

Hoy pensábamos hablar de las suegras, pero mejor lo dejamos para otro día. Tampoco vamos a platicarles, aunque lo consideramos, de cómo papá fue sometido por dos leones mientras comía fresas y se ahogaba con un vaso de vino (muy sabroso por cierto). Hoy vamos a hablar de tecnología, pan y Simba, que no es un león. Hay algunas piezas de tecnología indispensables en la cocina, como la estufa (de gas o eléctrica), el refrigerador, la licuadora (de base o de inmersión) y, en nuestra opinión, el lavavajillas y el microondas. Otras que no son vitales pero sí súper útiles, como el horno eléctrico de convección y las ollas de cocción lenta (de verdad las adoramos). Y de vez en cuando aparece algún aparatejo estorboso, con un diseño no precisamente agraciado, para hacer algo que uno ya sabe hacer de manera más o menos sencilla y eficaz. Total, que sólo de mencionar el concepto piensas “qué flojera…”. Así, sin admiraciones, con puntos suspensivos porque ni siquiera terminas la idea. Pero res

El adulto soy yo

Si algún día me ven repitiendo la frase “El adulto, el adulto, el adulto”, no me saluden. No me hablen si quiera y aléjense discretamente. Esa repetición es la versión más corta y urgente de mi mantra “El adulto soy yo”, que me digo una y otra vez, para recuperar la calma, cuando estoy a punto de explotar con mi hijo. Así que si lo estoy diciendo, la cosa está complicada y necesito, de verdad necesito mi espacio. Me he puesto yo sólo de tiempo fuera y estoy tratando de recuperar el control sobre mí mismo. Sobre mi propio caos interior.   La imagen es de una serie muy conocida y usada en sitios relacionados con el TDAH; fue creada para la guía  El alumno con TDAH  publicada por la Fundación ADANA . Mi hijo es una personita adorable: es encantador, es cariñoso, es atento, se conecta muy fácil con las personas; como dice una profesora, es muy noble, pero tiene sus ratos en que se convierte en otro. Supongo que todo mundo siente que eso mismo es aplicable a sus hijos. Mi hi

El osito gigante del mal

¿Alguna vez has dejado un paquete de ositos de gomita en el coche? ¡No lo hagas! En vez de una bolsa con ositos de gomita tendrán una bolsa con una fusión (al estilo de película japonesa de robots espaciales) de ositos en una inmensa bestia que puede hacerles pasar un mal rato, y ser causa de discordia entre sus niños. No. En serio. No se rían. Ayer mis criaturitas estaban especialmente rijosas. Veníamos en Lichi camino a casa tras un agotador día de escuela. No habían dormido siesta (y yo tampoco). Hacía calor. Teníamos hambre. El tráfico… bueno, el tráfico se comportaba como tráfico, y mis fieras como fieras. Todo era causa de diferendo y de pleito. En algún momento comenzaron a pelearse porque: — ¡Es mi mamá! — ¡No! ¡Mía mi mamá! — ¡Es mi mamá! ¡No es tu mamá! Y se desató el pandemónium. Traté de hablar con ellos, traté de mediar, traté de negociar. Regañé. Exigí. Propuse. Nada, ni una parvada de pericos es tan escandalosa y conflictiva como lo que traía en los asientos

Caos: Regreso a clases

Lunes; no sólo eso, primer lunes laborable del año. Regreso a clases después de unas divertidísimas y agotadoras (para los adultos) vacaciones. Volver a preparar el almuerzo (o lunch , como insisten en llamarle en la escuela) la noche anterior; volver a las carreras en la mañana; volver al tráfico inclemente, ese monstruo de millones de cabezas enloquecidas, de nuestra ciudad; volver a levantarse temprano, y, reconozcámoslo, como casi todas las familias, a la duda nocturna de si seremos capaces de levantrarnos todos a tiempo. ¿Nos levantamos? Sí, con poco margen pero lo logramos todos. O casi: a la pequeña le costó mucho trabajo; de por sí no es de espíritu madrugador, como el mayorcito, que de hecho se levantó antes que nosotros y se escondió a jugar en un armario. Nos hizo migajas el corazón con su "No quie'o depetame ", pero a final de cuentas lo hizo y logró alcanzar su buen humor habitual antes de subirla al vehículo familiar, Lichi , por mal nombre. En fin, ya tr

¿La familia perfecta?

Si nos ves de fuera, somos la típica familia feliz: Mamá, Papá, Hijo, Hija y mascotas (una perrita vieja y un nuevo pez). Pero, si nos miras más de cerca, notarás que no, que estamos llenos de rarezas, neuras, loqueras, enojos, manías, aceleres, déficit de atención, y mucho más. Total, un Caos ...y un vaso de Leche tibia al final del día. En este blog te hablaremos de nosotros, de cómo navegamos cada día este vaivén cotidiano, cómo nos las apañamos a veces y a veces fallamos. Cómo nos queremos y a veces nos desqueremos. También hablaremos de escuelas, ya que, si sumamos, los adultos de esta casa trabajamos 35 años en educación, y ahora nos toca estar del otro lado. Para eso tendremos las secciones Diario Freinet salteado  (donde platicaremos de nuestro viaje acompañando al niño en una escuela de pedagogía Freinet) y Edúquenme . Hablaremos de crianza con apego en Muéganos , y en Diversidad, diversión  les platicaremos de formas nuevas y distintas (como la nuestra) de vivir la